Vivir separados funciona para muchas parejas que deciden mantener una relación estable, pero sin compartir el mismo techo. ¿Cuáles son los beneficios de vivir separados? ¿Puede funcionar para ti y tu pareja?
Uno de los beneficios de vivir separados es evitar que la rutina y los conflictos que pueden surgir en la convivencia diaria, erosionen la relación. Encontrarse cuando ambos tengan ganas y lo decidan, puede hacer que sean más especiales los momentos compartidos y es una manera de renovar constantemente la relación.
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En que consiste vivir separados
Bajo este modelo, cada cual vive en su propia casa, conserva su espacio, y ambos se juntan por tiempo limitado en la casa de uno o del otro. Disfrutan viajando juntos y realizando actividades que gustan a ambos, y se ven un número variable de veces a la semana.
Separados, cada uno tiene más tiempo para hacer aquello que le gusta y puede resultar no tan agradable para el otro. Desde ver un tipo de programa de televisión, hasta practicar un deporte que aburre a la pareja, o cocinar lo que apetezca sin consultar a nadie. Porque precisamente uno de los beneficios de vivir separados es mantener la identidad individual y preservar la independencia.
La máxima es gozar de las bondades de la autonomía y también de las que brinda la intimidad.
Vivir separados, juntos
La tendencia a vivir separados es conocida en países anglosajones como Live apart together (LAT), que se traduciría al español como vivir separados, juntos.
Existen parejas que eligen este tipo de relación por razones económicas o de estudio que obligan a vivir en lugares distantes. Otras simplemente basan su elección en la convicción de que si habitan en casas separadas, la pareja funcionará mejor y la relación será más duradera.
Otro de los beneficios de vivir separados son que se valora y se agradece más el tiempo compartido. Además, se puede tomar distancia cuando hay un conflicto, y meditar sobre el asunto con la cabeza fría.
Si la relación no funciona, el hecho de no vivir en la misma casa permite que la ruptura sea menos problemática. El alejamiento se hace efectivo de inmediato y no hay que dividir pertenencias ni mudarse.
Según la edad y el compromiso
Entre las parejas jóvenes suele haber la promesa o expectativa de llegar a vivir juntos en el futuro, en especial si planean ser padres. A las personas mayores, en cambio, las motiva más mantener su estilo de vida independiente, sin renunciar al placer de tener pareja. Además, si ya han estado casados, quizá prefieran un tipo de relación donde se sientan más cómodos para evadir errores del pasado.
Para poder disfrutar de los beneficios de vivir separados se necesita de confianza mutua y un grado de compromiso que cada pareja establecerá según el acuerdo al que hayan llegado. Muchas parejas asumen la relación como si estuvieran casados, asisten al otro durante enfermedades o percances, y les consultan sobre aspectos importantes antes de tomar decisiones. Otras prefieren menos ataduras y se concentran solamente en compartir el lado más placentero de la relación.