Dormir bien nos ayuda a gozar de buena salud, a mantener cuerpo y mente sanos. No por azar la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha establecido que lo ideal es dormir entre 7 y 9 horas al día. Pero ¿cómo nos afecta dormir poco?
No debemos tomar el sueño a la ligera, ni sobreestimar el tiempo de vigilia que nuestro organismo puede soportar sin sufrir las consecuencias. Los efectos del mal dormir se sienten a corto y largo plazo.
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Algunas consecuencias de dormir poco
La falta de sueño provoca que tendamos a comer más, en especial que sintamos la necesidad de ingerir más carbohidratos, aunque no tengamos hambre.
Dormir menos de siete horas diarias se asocia también con el aumento de la probabilidad de sufrir accidentes de tráfico. Se debe a la lentitud de los reflejos causada por la somnolencia.
Otros ejemplos de cómo nos afecta son la incapacidad para concentrarnos y la dificultad para retener lo que estudiamos o leemos. Al mismo tiempo, nos volvemos más olvidadizos, nuestra memoria pierde precisión porque no descansamos lo suficiente.
Hasta es más probable que pillemos un resfriado solo por dormir menos de 7 horas diarias. La explicación es que dormir poco hace que nuestro sistema inmune se debilite.
Sin duda, la falta de un sueño de calidad nos hace más irritables y hostiles, con lo cual nuestro estrés cotidiano también se incrementa.
Dormir poco afecta nuestra salud
¿Cómo nos afecta a largo plazo? Aumenta el riesgo de que padezcamos obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y demencia. El peligro crecerá sobre todo si somos personas sedentarias y no nos preocupamos por mantener una dieta equilibrada.
Dormir poco produce alteraciones hormonales que nos llevan a sentir más hambre y menos saciedad, con ello nos arriesgamos a un aumento excesivo de peso.
Privarnos de las horas de sueño podría hacer que nuestro organismo pierda la capacidad de controlar los niveles de glucosa. Como consecuencia, podríamos desarrollar diabetes.
La falta de sueño también hace que nuestro corazón trabaje más. Privar a nuestro cuerpo del necesario descanso podría producir un estrés tal que aumenten la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
El mal dormir se ha relacionado con la posibilidad de desarrollar enfermedades como el alzhéimer. La explicación es que el sueño reparador ayuda a prevenir la acumulación de placas de proteínas dañinas en el cerebro.
Sueño de calidad
Tenemos que prestar atención al número de horas que dormimos, pero también a la calidad de nuestro sueño. Para que sea óptimo debe ser profundo y sin interrupciones.
Para lograrlo debemos evitar hacer comidas demasiado abundantes cerca de la hora de dormir, y seguir una rutina para acostarnos y levantarnos. Otros consejos útiles son que la cama y almohada sean cómodos, y no consumir bebidas estimulantes antes de ir a dormir.
Es cierto que la vida actual tiene un ritmo frenético. Trabajo o estudio nos roban horas de sueño, y tampoco queremos perdernos lo que sucede a nuestro alrededor por estar dormidos. Pensar cómo nos afecta, quizá nos ayude a cambiar nuestros hábitos para gozar de mejor calidad de vida hoy y en el futuro.